El posmodernismo ha muerto, vociferan los críticos de arte y los periódicos en estos días, decretando explícitamente la muerte de un movimiento que robó al espectador eso que se solía llamar “obra” y a cambio le entregó un concepto. Ya hace unos años el analista junguiano Rafael López Pedraza se atrevía a acusar de puritana e iconoclasta la tendencia hacia el abstraccionismo que, a su parecer, sólo había logrado censurar imágenes, ese recurso con el que cuenta el artista para poder dialogar con el oscuro objeto de su deseo.
A pesar de que pensábamos superada la vieja lucha entre los que defienden la imagen y los que privilegian la idea, encontramos en una parte de la poesía actual italiana una predilección por el equivalente posmoderno del arte y sus “fallecidos” preceptos, es decir, los poetas insisten en hacerse de la palabra abstracta, seguirle el rastro a un constructo indescifrable que sólo en raras ocasiones impide que el poema se escabulla.
No es que, como dice Enrique Vila Matas, se trate de que el espectador “entienda” los textos, muchas veces es precisamente el hecho de no entender lo que abre puertas y suscita interrogaciones. Tampoco se trata de que la poesía deba satisfacer el gusto o la manera de leer del espectador, al contrario, es una tarea del lector batallar con el nudo de formas y lenguajes con que el poeta – el vidente- le habla.
Es más fácil explicarse esta guerra contra la transparencia en países que han sufrido regímenes autoritarios y donde el poder amenaza con apropiarse de los espacios de expresión. Así por ejemplo, todo un momento de la poesía chilena del período de la dictadura y posterior a esta, tiende a ser críptica y difícil de leer. No es casual que la palabra se oscurezca y se haga acertijo si tiene que defenderse de sus verdugos.
Aunque seguir a los clásicos ha sido para el arte contemporáneo italiano un punto difícil de superar, como si esa inmensa herencia con la que “carga” no permitiera el nacimiento de un lenguaje definitivamente nuevo, en poesía pareciera no ser así. El miedo de hacer una escritura que sea capaz de comunicar, o de no insertarse dentro de las nuevas corrientes, propicia cada vez más ese escribir para esconderse, o más bien, esa atracción por lo informe, esa tentación de rumiar conceptos en la oscuridad de un cuarto. Quizás no sean tan culpables los lectores por leer cada día menos poesía. Demasiadas puertas cerradas.
En este sentido la poesía de Claudio Damiani (San Giovanni Rotondo, 1957), podría pensarse como una poesía de vanguardia, una escritura que lidia con el peso de no encarnar un típico producto de la época posmoderna.
Quisiera simplemente describir lo que veo, no otra cosa
no me interesa inventar
me gusta caminar
y me gusta mirar quiero mirar estos árboles quietos
y pacientes…
(QUISIERA simplemente describir lo que veo, no otra cosa, vv. 1-5)
En sus textos el poeta lucha contra las obstáculos del lenguaje que le impiden percibir y decir lo real, quiere ver, sentir, dialogar con las calles, con los muertos, con la cajera, quiere interpelar la voz de la montaña, traducir el silencio de una casa abandonada, interroga los marcos de las ventanas roídas, distingue el crecer de las raíces. Se trata de una poesía en apariencia fácil de leer, una poesía luminosa:
Deja que el aire me caliente, deja que el sol me bese
aquellas golondrinas que casi me rozaban
con sus amplias vueltas repentinas y agudas
no las quites, déjalas, deja las casas
que están alrededor y a esta noche que entra
no la detengas, mira como se cuela
natural y donde mete los pies
(DEJA que el aire me caliente, deja que el sol me bese, vv. 1-7)
El lector insomne descubrirá que esa apariencia comienza a transformarse y que la lectura de Fraturno (1987), La miniera (1997), Eroi (2000), Attorno al fuoco (2006), Sognando Li Po (2008), Il fico sulla fortezza (2012), lo llevará hacia una inesperada complejidad. En el fondo, el misterio que un tipo de poesía cifrada a ultranza busca exaltar oscureciendo el espacio, en la poesía de Damiani aparece precisamente gracias a la luz.
Recordemos que Ortega y Gasset sostenía que la pintura de Velazquez, lejos de ser hiperrealista, como la llamaba toda la crítica del momento, era en verdad otra cosa, el pintor sevillano tenía, según el filósofo, el talento de «conseguir que la realidad misma, trasladada al cuadro, y sin dejar de ser la mísera realidad que es, adquiriera el prestigio de lo irreal»1. Esa es la realidad-irreal que persigue Damiani en sus textos, su poesía demuestra que «las cosas son sólo aproximadamente ellas mismas… flotan en un margen de imprecisión que es su verdadera presencia»:
y ya es de noche
y las polillas abren sus ojos
y los zorros acechan en las sombras
y las estrellas brillan sobre la cabeza
pelada del Gargano y sobre la larga
espalda tendida y en todo el cielo negro
y en los muritos de piedras tostadas…».(AQUELLAS playas que después olvidamos, vv. 15-21)
El ejercicio de Damiani, tan opuesto a lo que la poesía contemporánea italiana ha cultivado en estos años es en cierto modo una forma de resistencia, una ruptura contra el ideal de consumo que también ha tomado a la literatura. Un deliberado invocar los elementos clásicos y hacerlos convivir con situaciones del presente persiste en sus poemas, como si lo imperecedero, lo eterno, se mezclase con la cotidianidad de las calles, del paisaje, de los hijos, de los amigos:
“Si yo tuviera que morir, cuando muera,
quédense tranquilos, no se preocupen,
porque cuando ustedes también estén muertos
nos volveremos a ver y estaremos siempre juntos,
entonces no tienen que preocuparse, porque nos volveremos a ver,
¿entendieron?” les dije.
Y ellos: “Okay, hemos entendido”(IBAMOS caminando por un sendero, era invierno, vv. 5-11)
Desde la forma petrarquesca con la que están escritos sus primeros poemas hasta el tono narrativo, descriptivo, que caracteriza su última producción, el poeta persiste en el intento de recuperar algo que la poesía parecía haber perdido, llamémoslo emoción, sentido o pregunta, milagros de los que los últimos tiempos nos han acostumbrado a prescindir.
El grupo de textos que aquí presentamos en traducciones inéditas, y que consideramos un abrebocas representativo de la poesía de Damiani, forma parte de la antología Héroes y otros poemas, que será publicada en los próximos meses por la editorial española Pre-textos. La selección intenta ilustrar el juego entre la aparente sencillez del lenguaje y la vastedad de lecturas que éste sugiere. Al mismo tiempo nos ha interesado hacer notar esa especie de frontera que aparece a lo largo de la obra de Damiani, en la que presente y pasado conviven, creando una sensación de tiempo imprecisable. Este juego con el tiempo nos sorprende tanto en la estructura formal de los textos como en los temas e interrogaciones que el poeta se plantea.
De Attorno al fuoco /En torno al fuego
SE il tempo scivolasse senza ferire, se non ferisse,
ma solo scivolasse,
se potessi stare sempre così, come adesso, in giardino
a scrivere, con gli alberi che mi crescono accanto
˗ anche l’erba è cresciuta, e dovrò tagliarla ˗,
se non fossimo posti davanti a delle scelte,
o delle preoccupazioni, per noi o per i nostri cari…
ma non è così… il tempo scorre e taglia come un’accetta
e dopo ritorna uguale, si asciuga il sangue veloce
e ti ritrovi nello stesso giardino, con le stesse piante,
in un tempo tardo, dopo che è successo
tutto eppure è tutto così fresco, e non vorresti pensare a niente,
vorresti abbandonarti al cinguettio degli uccelli,
vorresti addormentarti nell’ombra.
SI el tiempo se deslizara sin herir,
si no hiriera, si sólo se deslizara,
si pudiera estar siempre así, como estoy ahora, en el jardín,
escribiendo, con los árboles que crecen a mi lado
-la hierba también ha crecido y tendré que cortarla-,
si no estuviéramos de pié frente a las decisiones,
o a las preocupaciones, nuestras y de los que queremos…
pero no es así…el tiempo corre y corta como un hacha
y luego vuelve igual, rápidamente se ha secado la sangre
y te encuentras en el mismo jardín, con las mismas plantas,
cuando ya pasó el tiempo y ha sucedido
todo y a la vez, está todo tan fresco, y quisieras no pensar en nada,
quisieras abandonarte al canto de los pájaros,
quisieras adormecerte en la sombra.
De Casa mia / Mi casa
CHE bello che questo tempo
è come tutti gli altri tempi,
che io scrivo poesie
come sempre sono state scritte,
che questa gatta davanti a me si sta lavando
e scorre il suo tempo,
nonostante sia sola, quasi sempre sola nella casa,
pure fa tutte le cose e non dimentica niente
˗ ora si è sdraiata ad esempio e si guarda intorno –
e scorre il suo tempo.
Che bello che questo tempo, come ogni tempo, finirà,
che bello che non siamo eterni,
che non siamo diversi
da nessun altro che è vissuto e che è morto,
che è entrato nella morte calmo
come su un sentiero che prima sembrava difficile, erto
e poi, invece, era piano.
QUÉ bello que este tiempo
sea como todos los tiempos,
que yo escriba poemas
como siempre han sido escritos,
que esta gata delante de mí se esté limpiando
y transcurra su tiempo,
y que aunque esté sola, casi siempre sola en casa,
haga todas sus cosas y nunca olvide nada˗ ahora por ejemplo está tendida y mira a su alrededor ˗
y transcurre su tiempo.
Qué bello que este tiempo, como cualquier otro tiempo, termine
qué bello que no seamos eternos,
que no seamos distintos
a nadie que haya vivido y que haya muerto,a nadie que haya entrado en la muerte tranquilo
como en un camino que al principio parecía difícil, empinado
pero era más bien llano.
De Il fico sulla fortezza / La higuera del fuerte
VORREI semplicemente descrivere
quello che vedo, non altro
non mi interessa inventare
mi piace camminare
e mi piace guardare voglio guardare
questi alberi quieti
e pazienti, dalle belle fronde,
che vivono silenziosamente e respirano l’aria
accanto a me, mentre io sono qui
loro sono là, mentre io li guardo
loro mi sentono, e stanno attenti a me
come io sto attento a loro,
voglio sdraiarmi, e dormire
mentre loro stanno in piedi, e mi guardano
oppure pensano a cose loro
gli succedono cose che io non so
e vorrebbero dirmele, e me le dicono,
anche oppure anche loro dormono
senza sdraiarsi, stando in piedi, dormono
uno accanto all’altro,
stando semplicemente accanto.
QUISIERA simplemente describir
lo que veo, no otra cosa
no me interesa inventar
me gusta caminar
y me gusta mirar
quiero mirar estos árboles quietos
y pacientes, de frondas bellas,
que viven silenciosamente y respiran el aire
al lado mío, mientras yo estoy aquí
ellos están allá, mientras yo los miro
ellos me escuchan me prestan atención
como yo estoy atento a ellos,
quiero recostarme y dormir
mientras están de pie y me miran
o piensas en sus cosas
les pasan cosas que yo no sé
y quisieran decírmelas, y me las dicen, en verdad
o quizás ellos también duermen
sin tenderse, allí de pie, duermen
uno al lado del otro y están simplemente
uno al lado del otro.
FAI un lavoro duro, cassiera di un discount,
ma sei allegra, scherzi con tutti,
velocissima conteggi i prezzi,
nella tua mente passano mille numeri,
e scherzi, poi prendi le cose
e le metti nelle buste, fai cose
che potresti anche non fare, è squallido
dove lavori, ma tu non te ne curi,
sei semplice, forse ignorante,
una ragazza di campagna
nemmeno bella, piccolina,
ma da te imparo non sai quanto.
ES duro el trabajo que haces, cajera de un supermercado barato,
pero estás alegre, bromeas con todos
tan rápida sacando cuentas,
por tu mente pasan miles de números,
y juegas, luego tomas las cosas
y preparas los paquetes, haces tareas
que podrías no hacer, es tan mísero
donde trabajas, pero a ti no te importa,
eres simple, quizás ignorante,
una muchacha del campo
ni siquiera bella, pequeñita,
pero no sabes cuánto aprendo de ti.
LASCIA che l’aria mi riscaldi, lascia che il sole mi baci,
quei rondoni che mi sfioravano
quasi in lunghe virate repentine acute
non li togliere, lasciali, lascia le case
che stanno intorno, e questa sera che viene
non la fermare, guarda come scorre
naturale e dove mette i piedi,
mai non sbaglia, e come variano i colori
con una complessità incalcolabile
da nessuna macchina.
Sempre rimarremo stupiti da quei colori teneri,
sempre commossi e fraternamente vicini
da quel crescere del nero dentro la luce chiara
come l’avvicinarsi di un’ombra,
quasi fino a toccarci.
DEJA que el aire me caliente, deja que el sol me bese,
aquellas golondrinas que casi me rozaban
con sus amplias vueltas repentinas y agudas
no las quites, déjalas, deja las casas
que están alrededor y a esta noche que entra
no la detengas, mira como se cuela
natural y donde mete los pies,
no se equivoca nunca, y como varían los colores
con una complejidad que ninguna máquina
podría calcular.
Siempre nos asombrarán esos colores tiernos,
nos conmoverá y nos acercará fraternalmente
ese crecer del negro dentro de la luz clara
como cuando se acerca una sombra
hasta casi tocarnos.
QUELLE spiagge poi dimenticate
sprofondate nell’oceano e ricoperte di tufo,
quelle donne dal viso d’angelo
che sono passate veloci,
quei diamanti nascosti
a diecimila metri di profondità,
quei giorni della mia infanzia
ancora vivi, esco
fuori nell’aria azzurra, le lumache strisciano
lente nel prato, le galline vagano
libere, prendo la mia bicicletta
e vado in tutte le stradine bianche
e incontro il cane Tamara, e mi segue,
poi vado alla baracca del teatro
dove gli amici ridono, è già sera
e le falene sgranano i loro occhi
e le volpi si appostano nelle ombre
e le stelle scintillano sul capo
pelato del Gargano e sulla lunga
schiena distesa e lungo il cielo nero
e sui muretti di pietre riarse
e la notte paurosa si addormenta
nel mio cuore bambino.
AQUELLAS playas que después olvidamos
hundidas en el océano y cubiertas de tufo,
aquellas mujeres con rostro de ángel
que pasaron fugazmente,
aquellos diamantes escondidos
a diez mil metros de profundidad,
aquellos días de mi infancia
aún vivos, salgo
al aire azul, los caracoles se arrastran
lentos en el prado, las gallinas vagan
libres, tomo mi bicicleta
y recorro todas las callecitas blancas
y encuentro a Tamara, la perra, y me sigue,
después voy a la cabaña del teatro
donde ríen mis amigos, y ya es de noche
y las polillas abren sus ojos
y los zorros acechan en las sombras
y las estrellas brillan sobre la cabeza
pelada del Gargano y sobre la larga
espalda tendida y en todo el cielo negro
y en los muritos de piedras tostadas
y la noche temerosa se adormece
en mi corazón de niño.
CARA poesia, se tu vuoi venire vieni,
se non vuoi venire non vieni,
fa’ come fossi a casa tua,
con me devi fare così;
solo, non posso io non venire qui
monte, e non posso non ammirare le tue spalle
e non posso non respirare, qui, la tua aria
che mi nutre e senza la quale
non potrei vivere,
non posso non respirare i tuoi colori
che ti circondano, come vestiti
sempre diversi,
e sentire l’odore delle tue piante, e della tua terra,
e con la mano sentire calda
la tua pietra, come la testa d’un bimbo.
QUERIDO poema, si tú quieres venir ven
pero, si no, no vengas,
haz como si fuera tu casa
conmigo debes sentirte de ese modo;
sólo que, no puedo renunciar a venir
montes, no puedo no admirar sus hombros
y no puedo no respirar, aquí, su aire
que me nutre y sin el cual
no podría vivir,
no puedo no respirar los colores
que los rodean, como vestidos
siempre distintos
y sentir el olor de sus arbustos, de su tierra
y con la mano sentir su piedra
cálida, como la cabeza de un niño.
DAL mio piccolo punto di vista
vedo l’universo. Un rettangolino.
Il mio terrazzo. E’ la notte di maggio calda
e fresca, una brezza mite spira
che mi rinfresca della giornata afosa.
L’universo non credo sia diverso
dal nostro mondo: dopo tanto pensare,
tanto meditare sono convinto
non solo che quel che sta sulla terra sta un po’ dovunque nel cielo
ma anche che quello che sta nel cielo
sta un po’ qua e là sulla terra.
Allora dico: non ci immaginiamo cose tanto strane
ma guardiamo quello che ci sta vicino,
lasciamoci ferire dalla sua bellezza
e nella sua sapienza riposiamo il cuore
DESDE mi pequeño punto de vista
veo el universo. Un rectangulito.
Mi terraza. Y la noche de mayo cálida
y fresca, una brisa apasible sopla
y me refresca después del día sofocante.
No creo que el universo sea distinto
a nuestro mundo: después de tanto pensar,
tanto meditar, presiento
que lo que está sobre la tierra está un poco en todo el cielo
y que lo que está en el cielo
está un poco aquí y allá sobre la tierra.
Entonces digo: no nos imaginemos cosas extrañas
miremos lo que está cerca,
dejémonos herir por su belleza
y en su sabiduría reposemos el corazón.
De Eroi / Héroes
STAVAMO camminando lungo un sentiero, era inverno,
le bacche della rosa canina indugiavano rosseggiando
sui rami nudi scintillanti per la brina,
quando ho fermato i miei figli dicendo loro queste parole:
“Se io dovessi morire, quando io morirò,
state tranquilli, non vi preoccupate,
perché quando sarete morti
anche voi allora ci rivedremo e staremo sempre insieme,
quindi non dovete preoccuparvi, perché ci rivedremo,
avete capito?” ho detto loro.
E loro: “Okay, abbiamo capito”.
IBAMOS caminando por un sendero, era invierno
los frutos de la rosa silvestre se dilataban enrojecidos
en las ramas desnudas brillantes por la escarcha,
cuando detuve a mis hijos diciéndoles estas palabras:“Si yo tuviera que morir, cuando muera,
quédense tranquilos, no se preocupen,
porque cuando ustedes también estén muertos
nos volveremos a ver y estaremos siempre juntos,
entonces no tienen que preocuparse, porque nos volveremos a ver,
¿entendieron?” les dije.
Y ellos: “Okay, hemos entendido”.
QUANDO oggi ho accompagnato Giovanni
alla scuola materna, lui voleva farmi vedere
i giocattoli, voleva dirmi delle cose
che c’erano nella classe, e io vedevo,
mentre li guardavamo, come erano poveri i giocattoli
e come erano sporchi anche,
e poi lui voleva che io lo prendessi in braccio
e guardammo i pesci che avevano appiccicato
sopra dei fogli (e vidi che i pesci
erano delle foglie molto belle di una pianta strana
di cui non so il nome, e sembravano proprio veri)
e guardavo il foglio di Giovanni molto semplice e spoglio
e mi piaceva molto, con solo due pesci
che scendevano giù verso il basso del foglio,
e chiesi a lui quale era il suo, e lui mi indicava
sempre il disegno di qualcun altro.
Io dovevo andare al lavoro, così lo deposi
e lui s’avvicinò a un tavolino dove la maestra tirava fuori
dei puzzle, e lui disse subito: “Io voglio questo!”
(con una prontezza che io non avevo mai avuto).
La maestra glielo diede e lui cominciò a sparpagliarlo
poi tutto solo cominciò a mettere i pezzi,
e stava chino con la testa, e non mi guardava ora,
e io potevo andare, ma mi veniva da piangere
perché pensavo che o lui non sentiva
quello che io sentivo, o se lo sentiva lo nascondeva, )
e, sapendo che io dovevo andare via, non alzava il capo
verso di me (che l’avevo chiamato alla vita
e l’avevo messo di fronte a questo strano gioco) ma rimaneva solo
con il capo leggermente inclinato
intento nel suo gioco.
Cuando llevaba hoy a Giovanni
a la escuela materna, él quería mostrarme
los juguetes, quería enseñarme algunas cosas
de la clase, y yo pensaba,
mientras las veía, en lo pobre que eran los juguetes
y en lo sucio que estaban,
y luego quiso que lo tomara en brazos
y miramos los peces que habían pegado
en unas láminas (y vi que los peces
estaban hechos de pétalos muy bellos de una planta extraña
que no conozco y parecían de verdad)
y miraba la hoja de Giovanni, muy simple y desnuda
y me gustaba mucho, tenía solo dos peces
que bajaban hacia un extremo,
y le pregunté cuál era su dibujo y él me mostraba
siempre el de algún otro niño.
Yo tenía que ir al trabajo, entonces lo bajé
y él se acercó a una mesita donde la maestra repartía
unos rompecabezas, y de inmediato dijo “¡Quiero éste!”
(con una firmeza que yo no tuve nunca).
La maestra se lo dio y él comenzó a moverlo
y luego, allí, solo, comenzó a encajar las piezas,
y había bajado la cabeza y entonces no me miraba,
y yo me podía ir pero me provocaba llorar
porque pensaba que o él no sentía lo mismo que yo
o si lo sentía no quería mostrarlo
y sabiendo que tenía que irme no alzaba la mirada
hacia mí (que lo había llamado a la vida
y lo había metido frente a este extraño juego)
y entonces se quedaba solo
con su cara ligeramente inclinada
absorto en el juego.
- J. Ortega y Gasset, Velázquez, Madrid, Aguilar, 1987, pp. 44-45. ↵
(fasc. 6, 25 dicembre 2015)